La novela To kill a mockingbird de Harper Lee se publicó en 1960, aunque la historia está ambientada en los años 30, en un pueblo imaginario llamado Maycomb en el estado de Alabama, en los años de la Gran Depresión económica.

La historia se vislumbra a través de la mirada de Jean Louise Finch, Scout, una niña de seis años hija del abogado más conocido del condado, Atticus Finch. Ella y su hermano mayor, Jem, de once años, viven una serie de sucesos y experiencias en los dos-tres años que transcurren en el tiempo de la novela que les hará variar completamente su visión del mundo. En las páginas de la novela conocemos a varios personajes que tendrán un papel decisivo en la historia: Dill, sobrino de una vecina de los Finch, Rachel Haverford, y que pasará los veranos con los dos hermanos intentando que Boo Radley, el «loco» del pueblo y vecino de los Finch, salga de su domicilio en la cual está enclaustrado desde que años atrás clavara unas tijeras en la pierna de su padre. Otro personaje importante es Miss Maudie Atkinson, vecina de los Finch y que de alguna manera, junto a la cocinera afroamericana de la familia Finch, Calpurnia, ejercerán de figura femenina para Jem y Scout puesto que su madre murió años atrás.

El tema principal de la novela es sin duda la segregación racial presente en esta localidad sureña de los Estados Unidos y que se hace patente en el caso judicial en el que participa Atticus. Tom Robinson, afroamericano, es acusado de violar y golpear a Mayella Ewell por ésta y su padre, Bob Ewell, un borracho que vive en la indigencia y que se aprovecha del estado porque no dura en sus empleos. Atticus demuestra en el juicio que Tom Robinson no pudo cometer el crimen puesto que según el sheriff del condado, Heck Tate, Mayella fue golpeada en su ojo derecho, de la cual cosa se deduce que su agresor debe ser forzosamente zurdo; Tom Robinson tiene la mano izquierda inútil desde pequeño por culpa de una máquina de recolectar algodón. Atticus aprovecha el testimonio de Bob Ewell para hacerle escribir y mostrar al jurado que es zurdo. Tom Robinson expone los hechos advirtiendo que fue Mayella la que intentó besarle a él y cuando los vio su padre dijo que la mataría. Tom huyó y no vio lo que ocurrió pero se deja patente de manera bastante evidente que fue Bob Ewell el que apalizó a su hija. Mayella se siente culpable por haber besado a un afroamericano, algo que en su sociedad es inmoral, completamente inconcebible, y la única manera de eliminar su sentimiento de culpa es acusar a Tom para no tener que ver su «error» cada día. A pesar de todas las dudas respecto a la presunta culpabilidad de Tom Robinson el jurado lo encuentra culpable; pese a que Atticus desenmascara a los Ewell en esa época y en esa sociedad era imposible que un ciudadano afroamericano ganase un pleito contra un ciudadano blanco; los afroamericanos eran vistos como seres inmorales que mentían en cualquier situación. Sólo hay una puerta abierta a la esperanza en el juicio, y es que el jurado está varias horas para fallar el veredicto final, cuando pleitos de este calibre se decidían en pocos minutos a favor del ciudadano blanco.

Poco después del juicio, Tom Robinson intenta huir de la cárcel cuando está en el patio y es acribillado a tiros por los vigilantes. Pese a que Atticus le había dicho que no desfalleciera porque tenían opciones en la apelación, Tom no se fia de la justicia (con razón, ¿no?) y decide intentarlo a su manera.

Tras el juicio Bob Ewell amenaza a Atticus Finch por haberle dejado en ridículo en el juicio. Lleva a cabo su venganza cuando ataca a Jem y Scout en el momento en que éstos vuelven de la escuela tras haber actuado en la noche de Halloween. Bob Ewell hiere a Scout y a Jem (le rompe el brazo) y no consigue infligirles un daño de mayor calado porque aparece a tiempo Boo Radley (seguramente alertado por los gritos de los niños) y consigue detenerlo; Boo forcejea con Ewell y le termina clavando un cuchillo de cocina en el estómago.

Atticus y el sheriff Heck Tate discuten acerca de si deben llevar el asesinato de Bob Ewell ante el tribunal. Heck dice que Ewell era un lastre para el pueblo y que por su culpa fue asesinado un hombre inocente (Robinson) y que un muerto entierra otro muerto; le comenta a Atticus que dirá que Bob Ewell cayó sobre su propio cuchillo. Scout le manifiesta a su padre que sacar a la luz pública a Boo Radley sería un pecado, sería como matar a un ruiseñor, un pajarillo que sólo canta para alegrar a la gente y no hace daño a nadie (algo que tiempo antes le habían enseñado su padre y Miss Maudie).

Parte de la crítica ha objetado que Scout es demasiado joven para entender todo lo que ve a su alrededor de forma tan madura y coherente, como es el caso del juicio de Tom Robinson, y puede aceptarse que en diversas situaciones no parece tener sólo 7 u 8 años. En un momento dado en clase hablan de Hitler y de lo cruel y mala persona que era por perseguir y someter a los judíos y Scout lo relaciona de forma brillante cuando le dice a su padre que cómo puede ser que su profesora afirme esas cosas sobre Hitler y luego le escuche decir argumentos racistas contra los afroamericanos al salir del juicio de Tom Robinson. El punto de vista del niño aún inocente y desprovisto de los prejuicios de los adultos es común a lo largo de la novela, de hecho se hace patente cuando Jem y Dill se sienten mal en el momento en el que ven el maltrato del fiscal a Tom Robinson en el juicio o tras el veredicto del jurado; parece que solo los niños pueden empatizar con los que están en una posición más débil. La autora deja la puerta abierta a que las nuevas generaciones piensen de manera distinta y consigan cambiar las cosas respecto a la segregación racial.

Esta novela puede entenderse como una bildungsroman o novela de aprendizaje porque vemos como Scout y Jem van madurando y aprendiendo a lo largo de la novela. Empiezan molestando a Boo Radley sin conocerlo y tan solo guiándose por la mitología popular que de él ha construido la sociedad y Scout también empieza pensando mal de los afroamericanos porque casi todos sus convecinos atacan a su padre por ser un «nigger-lover» (sic) y cree, por los prejuicios que le imbuye la sociedad, que deben ser seres inferiores e inmorales. A medida que van viviendo situaciones y experiencias tales como el juicio, donde ven de primera mano la problemática que hay en el tema de la segregación racial y en otras en las que Boo Radley les va dejando regalos en un árbol o actúa de manera gentil con ellos sin ser él visto (hasta el final de la novela) toman conciencia de la realidad y van alejándose cada vez más de los prejuicios raciales y sociales de la sociedad de Maycomb.

Leí la novela en el inglés original y me sirvió para ver con mayor profundidad y sin ningún tipo de alambique las diferencias que la autora hace patentes en el lenguaje dependiendo del grupo social que lo formula; el lenguaje pulcro y formal de Atticus, Miss Maudie y Heck Tate; el lenguaje más informal y propio de niños, acortando palabras que usan Scout y Jem; y el propio de los afroamericanos, más «dejado», informal y propio de gente que por desgracia no podía acceder a una buena educación y que vemos más de cerca cuando los niños Finch acompañan a Calpurnia a la iglesia afroamericana y oyen hablar a la gente allí congregada.

Hubo una adaptación cinematográfica de la novela en 1962 protagonizada por Gregory Peck en el papel de Atticus Finch. En ella se recogen de forma cuidada los ambientes de esa población que debía ser Maycomb, el vestuario de los personajes, o los edificios tales como las casas, la cárcel o el juzgado. Creo que es una muy buena adaptación porque en dos horas de película se consigue trasladar de forma brillante a la gran pantalla todos los hechos relevantes acaecidos en la novela, y en mi opinión consigue plasmar con acierto todo el ambiente que el lector de la novela se había imaginado mientras leía la obra. En muchas ocasiones en las adaptaciones cinematográficas de novelas ocurre que las imaginas completamente distintas en uno y otro canal de trasmisión pero en Matar un ruiseñor eso no ocurre, todo, los edificios, las casas, los personajes, su indumentaria, están plasmados e imaginados de manera muy similar a la de Harper Lee en sus páginas.

Tanto novela como película son altamente recomendables en mi modesta opinión.